Transfusión sanguínea autóloga: Revisión de la literatura
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Resumen
Introducción: La transfusión sanguínea autóloga, también denominada autotransfusión, permite que un paciente reciba su propia sangre previamente extraída y conservada, reduciendo riesgos asociados a la transfusión homóloga. Objetivo: Analizar y describir las modalidades de transfusión autóloga, sus beneficios, indicaciones, limitaciones y riesgos en distintos escenarios clínicos. Métodos: Se realizó una revisión narrativa de estudios publicados entre 2015 y 2025 en bases de datos biomédicas como PubMed, Cochrane y la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Se incluyeron 43 referencias, abarcando revisiones sistemáticas, ensayos clínicos y estudios observacionales. Se evaluó la calidad metodológica de los estudios y se sintetizó la información en función de cada modalidad de transfusión autóloga: depósito prequirúrgico, hemodilución normovolémica aguda y recuperación intraoperatoria de sangre. Resultados: Se identificó que la transfusión autóloga reduce la necesidad de sangre homóloga, minimiza el riesgo de reacciones inmunológicas y mejora la seguridad transfusional. El depósito prequirúrgico es útil en cirugías electivas con alto riesgo de sangrado, la hemodilución normovolémica en procedimientos con pérdidas sanguíneas moderadas y la recuperación intraoperatoria en hemorragias masivas. Sin embargo, se señalaron costos elevados, necesidad de infraestructura especializada y restricciones en pacientes con anemia severa como limitaciones. Conclusión. La transfusión autóloga es una estrategia clave en la medicina transfusional. Su implementación depende de la infraestructura y planificación hospitalaria. La integración de estrategias de Manejo del Paciente Sanguíneo (PBM) y protocolos estandarizados optimizará su aplicación clínica.
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