El aporte del misoprostol en la obstetricia y ginecología
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Resumen
El misoprostol (MSP) es una prostaglandina E1 (PgE1), sintética, que fue desarrollada para la prevención y tratamiento de la úlcera duodenal asociada al tratamiento con antiinflamatorios no esteroideos. En la actualidad es una droga importante en la práctica ginecológica y obstétrica debido a sus acciones uterotónicas y en la maduración cervical
Es un medicamento de uso muy frecuente por médicos ginecólogos y obstetras en todo el mundo1,2 ya que su uso a mejorado notablemente la salud de la mujer, al disminuir principalmente las complicaciones de tipo hemorrágicas en la gestante.
Tiene la capacidad para producir contracciones uterinas, lo que ha hecho que sea un fármaco ampliamente usado en Obstetricia y Ginecología. Especialmente en las complicaciones derivadas de las hemorragias de la primera mitad del embarazo, como el aborto incompleto y el aborto retenido3, en la inducción del trabajo de parto4 y en el control de la hemorragia posparto5.
La Organización Mundial de la Salud (OMS)6 y la Federación Internacional de Obstetricia y Ginecología (FIGO)7 recomiendan su inclusión como parte de los medicamentos esenciales de uso obstétrico. Sin embargo, a pesar de las evidencias demostradas, su uso continúa siendo limitado, debido al desconocimiento de sus propiedades y ventajas entre los médicos gineco-obstetras.
En el Instituto Nacional Materno Perinatal, establecimiento de salud de categoría III-2 y centro de referencia de complicaciones obstétricas y neonatales a nivel nacional, es usado ampliamente y su uso se inició en la inducción del trabajo de parto en casos de embarazo a término en el Servicio de Obstetricia C en el 20098, concluyéndose que el MSP vaginal a dosis de 25 µg es eficaz y seguro para la inducción de parto. También se está utilizando en la inducción del aborto terapéutico desde el 20099 y en el manejo de la hemorragia post parto como se describe en las guías de práctica clínica y de procedimientos en obstetricia y perinatología10. Asimismo, el MSP se viene usando en la maduración cervical previa a la instrumentación en ginecología11.
El bajo costo del MSP, su buena estabilidad a la temperatura ambiente, además del bajo riesgo de presentar complicaciones, ha permitido que su empleo se vea cada vez más frecuente12.
La contribución del MSP a la obstetricia y ginecología es tan importante que podría hablarse de un antes y un después del uso del MSP. Ha salvado muchas vidas, especialmente en el manejo de las hemorragias tanto las producidas por el aborto como las hemorragias post parto, y esta última es la primera causa de muerte materna a nivel mundial13. En los próximos años se debe estar consolidando su uso a nivel nacional y es necesario realizar estudios de investigación que recojan las lecciones aprendidas sobre su uso.